SOCIEDAD, POLITICA, EDUCACIÓN Y ECONOMÍA: UN DILEMA PARA LA HUMANIDAD
Por: Roque J. de León B.
Dejarán de ser un dilema para la humanidad: sociedad, política, educación y economía en la medida que logremos articular ciudadanos que interactúen entre sí en un mismo territorio rigiéndose por las mismas reglas de organización legal y costumbres, capaces de implementar un plan general que les guíe en la aplicación de una conducta enfocada en el bienestar común.
Cuando se logra lo anterior, se es capaz de visualizar un sistema educativo que proporcione la formación requerida para desarrollar en la gente la capacidad intelectual, moral y afectiva que le permitan generar los recursos, crear riqueza y producción, distribución y consumo de bienes y servicios, para satisfacer las necesidades humanas.
Si bien es cierto que en todos los conglomerados sociales encontramos características de las anteriores, no menos lo es que los inteses de grupos político-económios han sido un obstáculo en la implementación de políticas equilibradas de formación, que permitan la competencia en igualdad de condiciones a los ciudadanos y además una justa distribución del crecimiento económico entre la población.
Al lograr las condiciones de equidad en la formación y distribución del crecimiento económico, en automático lograremos tener ciudadanos más comprometidos y concienciados, dedicados a la búsqueda de la aplicación de adecuadas y verdaderas políticas sociales que garanticen una existencia digna e incluyente que elimine de paso, para algunos grupos, la pobreza como vía de acumulación riqueza.
En nuestro país desde hace ochenta y nueve (89) años aproximadamente, hemos tenido gobiernos déspotas y permisivos que a través de los llamados «planes sociales» han garantizado a supuestos «servidores públicos», familiares y cómplices, acumular grandes cantidades de bienes materiales y económicos, sin que hasta ahora se haya logredo aplicarles las leyes correspondientes.
Un número importante de las personas que han asumido la política como su modo de vida en nuestra sociedad, hacen de ella un vulgar negocio que tratan de imponérnoslo como normal.
Esos negocios podemos observarlos iniciando en: la compra de conciencias con dádivas antes y durante los procesos electorales; personas que abandonan sus partidos de origen para apoyar a otro a cambio de posiciones privilegiadas al llegar a manejar los bienes del Estado; los más hábiles forman partidos con la intención de prestarlos y/o venderlos para que accedan al poder grupos de personas que de otra manera les sería imposible, incluyéndolos a ellos.
Estas y otras situaciones son las que permiten a ese tipo de individuos desvíar los recursos que corresponden a la sociedad, acumulando riquezas injustificables. A la vez que con sus acciones anulan el efecto positivo de iniciativas como la designación del 4% del Producto Interno Bruto (PIB), para educación preuniversitaria.
Las riquezas acumuladas, valiéndose de la corrupción administrativa y cualquier otro medio ilícito golpea de forma directa el desarrollo humano.
Los recursos provenientes del erario público deberían ser dedicados a la creación de nuevas oportunidades, construcción de escuelas y desarrollo docente, hospitales y policlínicas, guarderías infanles, proyectos habitacionales de bajo costo, mejorar sin sobrevaluación el sistema vial, garantizar la estabilidad Monetaria- Financiera como herramienta para frenar la inflación que golpea al colectivo, entre otros. De esa forma se contribuye a mejorar el nivel de vida de la población.
A eso se suma el dinero fácil adquirido de otras fuentes, que impacta de diferentes formas negativas a nuestro entorno, como son: narcotráfico y complicidad, lavado de dinero, evasión de impuestos, acaparamiento de la moneda extranjera en perjuicio del sistema monetario y económico, competencia desleal, falsificación de productos, trata de blanca, prostitución, ejemplo de progreso no sostenible y otros.
Sin espacios para equivocaciones, sentimos que en un mismo territorio tenemos dos (2) sociedades. La que trabaja de manera limpia y aporta lo justo y otra que aprovecha nuestras debilidades históricas, obtiene grandes beneficios y sirve de mal ejemplo haciendo parecer lo peor como lo mejor.
He ahí el gran dilema para la humanidad, dos opciones!!!
Con cuál te quedas?
ROQUE J. DE LEÓN B. (MAE)
DIPLOMADO EN COMUNIACIÓN SOCIAL INTEGRAL
MIEMBRO DE:. SNTP Y SINLOPP